lunes, 17 de octubre de 2011

Restaurante Los Manantiales - Félix Candela

Este edificio se encuentra en Xochimilco que es considerado un lugar muy significativo por tener sus orígenes en el periodo prehispánico en la actual ciudad de México. El lugar se caracteriza por haber tenido uno de los manantiales más importantes para abastecer de agua dulce a la ciudad.

Este lugar se plantea para la creación de un local para mil personas con una sala de restaurante substituyendo otro anterior que había sido destruido por el fuego años antes.

Félix Candela experimento con todo tipo de combinaciones triangulares, cuadradas, pentagonales, hexagonales, octogonales, quizá esta sea la más famosa de estas. De planta Octogonal formado por la intersección de cuatro paraboloides hiperbólicos, otro ejemplo destacable bellísimo de esta familia estructural y que ha inspirado a muchos arquitectos en sus diseños.




El resultado fue una especie de nenúfar con apariencia de flotación con cerca de 42 m de diámetro y paraboloides de 25x30m en el inicio de su desarrollo, contando con una altura máxima de 8.25m y que en el interior se reduce a 5.90 m de natural.

Bajo este se encuentra el salón o sala enorme que cobija un restaurante con mesas y sillas en la parte donde los gajos se alzan para dar paso a las carpinterías metálicas. Al centro podemos encontrar una gran pista donde se llevan a cabo bailes dentro del restaurante o ceremonias debido a la reunión de gente en el lugar.

A su cobijo pero a un costado se alzan muros independientes que contienen los servicios del restaurante, como la cocina, los sanitarios, el vestíbulo de acceso, etc. En la parte del acceso se cuenta con un parking para aproximadamente veinte automóviles.




Su encofrado es más simple que el de una bóveda formada para la intersección de cilindros, por tener dos sistemas de generatrices rectas. Además al estar constituida por superficies no desarrollables es mucho más rígida y permite construirla con espesores menores.

La madurez e intuición de Candela permitió eliminar la viga del borde y concentrar la descarga del peso de la estructura en los apoyos de arranque que se encuentran remetidos en el borde externo de los paraboloides. A primera vista se ve el labio de hormigón que nunca toca la tierra y que mantiene el vuelo.

En los bordes de las parábolas frontales podemos apreciar como se cierra el espacio a partir de placas de cristal con carpinterías metalicas de 2.40 X 2.40 metros.